La boda de representantes jóvenes de familias Boskasl y los galeses se tuvieron que hacer una boda del año – por supuesto por si el novio se digne para ser a un altar. Sin embargo el señor Nigel Boskasl tan elocuentemente era ausente en la propia ceremonia que finalmente el padre de la novia después de todo tuvo que conducir a la señora dolorosa Jane a un altar. Allí, además de un grupo pequeño de novias absolutamente confusas, fue esperado mucho tiempo por parientes y amigos del novio. Pero no el novio. La expectativa obviamente se prolongó.– Directamente después de la boda me dirigiré al compañero impudente en toda la seriedad, – el séptimo conde respetable Belshir silenciosamente murmuró, mirar como la hija cuesta una espalda a los invitados perplejos. – Este holgazán logrará llegar tarde hasta al propio entierro.